Hola, soy Petronila, tengo 35 años y me encuentro en mi lecho de muerte, mi hermana escribe esto por mi, escribe mis memorias.Os voy a contar la trágica historia que me sucedió con tan solo 5 años. Soy la hija menor de la familia Ibarov, vivíamos en una gran mansión ya que éramos de la clase media alta. No puedo recordar muy bien el día, pero se que fue en 1916. Los alemanes se acercaban a nuestra ciudad, llegaban noticias malas del frente, los alemanes se acercaban a nuestro hogar. una mañana mirando por la ventana vimos un pequeño escuadrón alemán que empezó a entrar en las casas vecinas, se oían gritos de auxilio, chillidos desgarradores...la siguiente casa era la nuestra. Estábamos todos muy nerviosos y asustados, en la habitación de arriba, donde nos encontrábamos mi hermana y yo. Mi hermana al ver que venían, me intentó coger pero en vez de eso me empujó por la ventana y caí desde el segundo piso. quedé inconsciente y al verme tirada en el suelo los alemanes pasaron de mi y fueron a por mi familia. Hice un esfuerzo para abrir los ojos, porque solo podía oír los gritos de familia pidiendo clemencia. Cuando abrí los ojos, vi como los alemanes tenían a mis padres y hermanas de rodillas ante ellos. Una de mis hermanas consiguió escapar, aunque llevaba un par de soldados pisándola los talones. Vi como a mis hermanas las pegaba un tiro entre ceja y ceja, a mi madre, que intentó zafarse de ellos, la cogieron por la espalda y la partieron el cuello. Me sentía impotente al ver que no podía hacer nada por ellos, solo observar como caían uno por uno. A mi padre le tocó la peor parte, empezó a enfrentarse con los alemanes intentando escapar. Parpadeé lentamente, haciendo un gran esfuerzo, al final conseguí abrir los ojos y desgraciadamente, porque la siguiente imagen que vi fue a los alemanes tirando al suelo a mi padre, poniéndole la boca en un bordillo y aplastándole el cráneo contra el asfalto. Cuando las cosas se calmaron mi hermana fue a recogerme y me llevó a un refugio.Allí pasé mi infancia, adolescencia y hasta ahora. Quedé inválida por el golpe y perdí el habla, con 25 años tuve cáncer y hasta ahora mi vida se basa en estar sentada en una silla de ruedas, sin ganas de nada, sin ganas de vivir.